jueves, 26 de abril de 2012

LA IGLESIA Y LOS PROBLEMAS ECONOMICOS: EL REGIMEN DEL CREDITO (LA USURA)- Lic. MANUEL CALLE REYES



 La encíclica Rerum Novarum habla de la “usura devoradora”, del monopolio, cuando cae en manos de un grupo pequeño. Así la iglesia continua con su tradición, en lo referido a dicho aspecto. El Derecho romano, consideraba al “mutuum”, que se formaba por la entrega de la suma recibida, no más., este mismo derecho permite unir al mutuum un “usurae” (12%), obviamente San Basilio y San Agustín, lo condenaron; ellos hubiesen preferido que el préstamo fuese gratuito “has el bien sin esperar nada a cambio”. Desde Constantino hasta el siglo IX, se le prohibió al clero prestar con interés (pena de excomunión), luego esto se generalizó a la prohibición del préstamo con interés. Desde la época feudal hasta 1789 (Rev. francesa) se señala 2 corrientes distintas en la historia de la usura:

·                    Corriente Canónica: que se mantiene inflexible en sus sanciones y prohibiciones (deposición, excomunión, no sepultura eclesiástica) a los sacerdotes. En 1274 se prohíbe en las ciudades tolerar a los usureros (Lyon), en 1368, se le prohíbe a los jueces que hagan pagar las usuras reclamadas judicialmente. En el siglo XVI el calvinista Dumoulin atacó a la usura provocando mayor severidad y en ele siglo XVIII se expidió bulas y se extendió por toda la iglesia (Benedicto XIV, Gregorio XVI).

·                    Corriente Civil: las leyes anglosajonas fueron severas con los usureros (XI). En el siglo XIV los usureros fueron expulsados de las ciudades, pero algunos países se resintieron apoyándose en el derecho romano, que admitían el préstamo con un interés muy elevado (desde 12 a 66%). En 1235 (Provenza) solo se castigaba al usurero que pedía 5 veces más.

Entonces quedo que solo los cristianos estaban prohibidos de prestar con interés, se le permitía a los judíos, extranjeros y los de pésima reputación los lombardos (banca), estos tenían el monopolio del dinero. Luís VIII y Luís IX prohibieron la usura tanto a judíos como cristianos, pero en Provenza continuaba; se veía a la USURA como una PLAGA SOCIAL.
Alejandro de Hales, Alberto el Grande y Tomas de Aquino, mostraron lo absurdo de la usura: “reclamar un interés, es vender una cosa que ya no se posee, una cosa ficticia”. Luego con el tiempo se permite un interés módico en tres casos:

a.                  Damnum Emergens: cuando el hecho de prestar entraña para el prestamista algún perjuicio.

b.                 Lucrum Cessans: cuando a consecuencia del préstamo convenido se halla privado al prestamista de un beneficio cierto que habría podido realizar con su dinero si lo hubiese conservado en su poder. Aunque esta hipótesis no podía realizarse en la edad media (ellos no eran capitalistas), esta excepción ha venido a sustituir a la regla; por lo tanto, es legitimo que el deudor indemnicé al prestamista, pero este interés debe ser moderado.

c.                  Periculum Sortis: cuando el acreedor corre el riego de que no se le reembolse el capital que presta, este riesgo es un titulo al mutuum que autoriza cobrar el interés moderado.

Dadas estas diversas excepciones, se puede decir que la antigua prohibición de la usura, ya casi hoy no tiene sentido.

                                                EN MILANO

viernes, 6 de abril de 2012

ENSAYO: SALVAGUARDAR EL MEDIO AMBIENTE - Lic MANUEL CALLE REYES



todos los hombres que vivimos el siglo XXI, tenemos que concernirnos para hablar de la “Cuestión Ecológica” que nos inmerse irreversiblemente a todos, es una problemática y realidad que no podemos eludir ni posponerlo para después; en verdad, hoy la humanidad se encuentra frente a una odisea que ha provocado perjuicios irreparables a nuestro macrohogar o aldea global. Ante tal vicisitud, nos preguntamos hoy: ¿Cómo salvaguardar nuestro medio? ¿Estamos respetando a los demás seres vivientes aparte del humano?, ¿Tenemos que terminar reverenciando a la naturaleza hasta hacerla una religión?, o ¿Se está rebelando la naturaleza de la tiranía humana?, ¿la investigación científica (cientificista), técnica (tecnócrata) y tecnológica ha eliminado la trascendencia de este mundo y está percibiendo en ves de un mundo-hogar, está viéndolo como un recurso-cuantificable?, ¿Cuál es el limite a las técnicas biológicas y biogenéticas que entusiasman y al mismo tiempo alarman? O finalmente, ¿tenemos que cambiar de estilo de vida? Deseo responder a estas interrogantes.

Definitivamente este mundo nos es “dado” por alguien que es superior (Dios), que confía en la responsabilidad y trabajo del hombre, criatura inteligente; Él nos ha dado un “jardín” ya cultivado, para que el hombre lo tutele de manera armoniosa, porque a pesar de todo el hombre espera “un nuevo cielo y una tierra nueva”.

No se puede negar los progresos incesantes que ha tenido el hombre en la aplicación de su ingenio, cristalizando en la ciencia, técnica y en las disciplinas liberales; es decir, el hombre asumió la responsabilidad de “dominad la tierra”, pero aquello se realizó aceptando o reconociendo a Dios como creador de todo, por tanto, el poder del hombre (ciencia) le da una amplia responsabilidad porque no podemos de dejar de maravillarnos por la tecnología -producto de la creatividad humana donada por Dios-, pues hago hincapié que esta técnica “bien utilizada” y aplicada podría constituirse en un instrumento para  resolver los grandes problemas del hombre (hambre, enfermedad) pero con actitud de respeto a las demás criaturas vivientes, porque el hombre no debe “traicionar” lo que le ha sido “dado” por Dios y debe desempeñar su papel de colaborador de Dios, mas que no lo suplanta, porque dicho aspecto ha provocado que la naturaleza se rebele ante el tirano que ha asumido un papel que no le corresponde. No es posible ejercer un dominio sobre la tierra siendo indiferentes a las consideraciones morales que ésta trae, de tratar al medio ambiente como “recurso” en ves de “casa”, entonces, hemos llegado al punto critico de equilibrio entre hombre-ambiente, pues este ultimo ha sido manipulado constantemente por medio de la tecnología, eliminando la trascendencia por la cual fue creada, llevándonos a su vez a un nihilismo sin sentido, que no sabe en verdad a donde va y cual es su limite (sino preguntemos a los científicos cuál es su meta final), por lo contrario, hay otro grupo extremo que  ha llegado a divinizar a la naturaleza (egocentrismo y biocentrismo) que busca eliminar la diferencia ontológica y axiológica entre el hombre y los demás seres vivos, eliminando así la responsabilidad superior del hombre a favor de un “igualitarismo” de “dignidad” entre el hombre y los demás seres vivos, esto termina siendo reducionista e inaudito. Ésta misma visión desligada de referencias superiores, rechaza el concepto de creación y atribuye a la naturaleza una autonomía, terminando por desenlazar totalmente al hombre con la tierra y Dios, pues éste sin esa ligazón o referencia ya nada tiene un sentido de ser.

Olvidamos que el ambiente es un bien colectivo, una responsabilidad común, donde todos los seres dependen unos de otros, entonces, es necesario no perder esa conexión con el sistema ordenado que Dios nos ha dado, pues salvaguardar el medio no sólo es cuestión del presente sino también del futuro, todos tenemos derecho a un ambiente natural y saludable, es como tener derecho a la vida y que por causa del desarrollo económico dilapidemos todos los recursos que son limitados, a la sazón es necesario un desarrollo económico que respete el medio, que prevea sus costos, no buscando sólo el cálculo financiero, sino buscar una industrialización puesta al servicio de toda la humanidad, no solo de un “grupito”.

Hoy la mente humana se fascina y nos llena de entusiasmo, como de esperanza el uso de biotecnologías, pero a veces alarma desde el punto de vista moral, por las consecuencias de salud al hombre, su impacto al medio ambiente y a la economía teniendo no en cuenta los criterios de justicia, solidaridad, porque hoy los empresarios solo están viendo su beneficio y no el bien común; no debemos de “caer” y dejar presionarnos por intereses de las transnacionales tal como les está pasando a nuestros hermanos de los pueblos indígenas donde se lucha por el derecho a la tierra y a los recursos que yacen ahí, pues estos mismo ciudadanos son presos del hambre, pobreza y se llevan sus recursos que no volverán más, por lo tanto su futuro será otra vez de “pobreza”. Muchos especialistas hablan que se avecina la “guerra del agua”, por eso mi punto de vista es que está no puede ser tratada como una simple “mercancía” más entre las otras, por eso su uso debe ser racional y solidario, pues todos tenemos el derecho al agua (es cuestión de vida o muerte), entonces su valoración no debe ser cuantitativo, como un bien económico, pues éste es un derecho universal e inalienable.

Termino mi reflexión para que tratemos a todos estos problemas ecológicos como un propósito para el cambio de mentalidad que debemos de adoptar, es decir un nuevo estilo de vida, en comunión con los demás hombres. Y esta actitud debe caracterizar al hombre ante una creación llena de gratitud y reconocimiento que nos orienta viéndola y contemplándola, y ése es Dios, entonces veamos al mundo como una “huella” de Él, un lugar donde se revele su potencia creadora, providente y redentora para todos los hombres que habitamos en ella.

Muchas gracias.
                   UNIVERSITA CATTOLICA SACRO CUERO DI MILANO